domingo, 7 de julio de 2013

Juan Carlos y su padre espiritual. Sobre malandrines y malandrinos


El término malandrín (plural malandrines), actualmente en desuso, según la RAE, significa: "maligno, perverso, bellaco". Resumiendo: una pieza de cuidado, un malvado. Es una palabra que proviene del italiano malandrino que quiere decir salteador.

Hace varios días  (creo que fue el 4 de julio), cuando leí las declaraciones de La Casa Surreal, ese ente que utiliza el ocupante de la jefatura del estado español para transmitir al pueblo sus pensamientos (mejor así, con filtro, que afrontar la posibilidad de que mande a callar a un jefe del estado no lacayo), me vino a la mente la palabra que defino al inicio, pensé, con  un impulso feroz, este tipo es un malandrín. Reconozco que yo asociaba la palabra, aparte de con un espadachín diciéndole a otro a voz en cuello: "¡Ah malandrín, probarás el frio de mi acero!", principalmente con la desvergüenza, con la bellaquería (su tercera acepción según la RAE). No obstante creo que no iba muy desencaminado.

Dicho esto, entraré en harina.

El padre espiritual del ocupante de la jefatura del estado como todos ustedes saben se llamaba Franco. Este individuo era un malandrín y un malandrino. Era maligno, perverso y bellaco, condimentos no exclusivos, pero si necesarios, para modelar un fascista de buena calidad. Hasta ahí el malandrín. Pero también le podemos aplicar, con suma precisión, el concepto italiano malandrino que significa, como les dije, salteador. Si hablo de salteadores a más de una persona se le viene a la mente Curro Jiménez o incluso Robin Hood. Figuras simpáticas que se dedicaban a ayudar a los débiles en contra de las sevicias de los poderosos. Franco, incluso por su voz de pito, no era Pepe Sancho y su vozarrón, pero si fue un salteador, y no un salteador cualquiera, fue el más importante del  S. XX español. Asaltó, con otros generales malandrinos y con el apoyo de Hitler y Mussolini (malandrines que sí acabaron en el basurero de la historia), la 2ª República Española. El historiador e investigador José María García Márquez en un magnífico  artículo en Publico http://blogs.publico.es/memoria-publica/2013/07/06/la-historia-como-botin-de-vencedores/ explica, entre otras cosas lo siguiente, textual: "El 18 de julio, el presidente de la República Manuel Azaña licenció a todas las tropas que se colocaran bajo los mandos golpistas. Desde ese mismo día, con el mayor rigor histórico, los militares sublevados pasaron a ser bandas armadas". O sea, bandas de salteadores. El 1º de octubre de 1936 Franco fue designado jefe supremo de esos delincuentes. Y esa banda de malhechores torció el brazo de la República. Su caudillo usurpó, ocupó, -era un ocupante en su propio país- la jefatura del estado hasta 1975.

En 1947 llega a España Juan Carlos de Borbón, nacido en 1938 (¡oh casualidad!) en la Roma fascista. Y el buitre comenzó a alimentar al polluelo. Y en 1969, 22 años después de su llegada a la tierra ocupada por el fascismo, el gran salteador, el malandrino supremo, le dice al ya crecidito rapaz: tu ocuparás mi puesto cuando yo muera. El ocupante transmitió en herencia el territorio y el cargo ocupado. Por cierto, el hijo espiritual ante los festines del buitre nunca dijo ni mu.

Y hoy, mientras escribo, sigue ocupando el cargo legado por el malandrino, y se permite, a través de su Casa Surreal, mostrarnos su catadura. Veamos.

Es capaz de decir que el caso Noos, en el que su hija ha tenido un trato de favor evidente, es un martirio. Esta idea demuestra que cuando dijo aquello de que la justicia debe ser igual para todos mentía. El quiere justicia rápida, en un país de justicia lenta, pues si no el señor se siente martirizado y sufre. Con que sufra el muchacho de 22 años al que le piden un año de cárcel por robar en 2009, con 18 años, una gallina tasada en 5 euros, es suficiente. Ese pobre muchacho seguramente será una persona marginal, nacida para pasarlas canutas, sufrir le viene de cuna, y él, en cambio, es hijo de su padre.

Pero la Casa Surreal estaba sembrada.  Expresó su molestar con los abucheos con que últimamente, en sus actos públicos, es obsequiada tan distinguida familia. Y lo peor no es que exprese su molestia, pues de eso se trata, de transmitirles, de traspasarles  nuestra molestia por soportar su existencia (como ocupantes privilegiados). Lo peor es que los consideran "una falta de educación". Mira Borbón, (según Anasagasti, en tu tan cacareada campechanía usas mucho el tuteo, por lo tanto me tomo la licencia y cambio el tratamiento), aquí la única falta de educación y de dignidad es la tuya, que recibiendo tu cargo de un salteador, declarado fuera de la ley por el gobierno legítimo de la 2ª República el 18 de julio del 36, no tuviste la gallardía de ponerlo a escrutinio público mediante referéndum. Sí, fuiste muy maleducado con el pueblo español. Siendo como eres católico, deberías hacer acto de contrición y solicitar tu mismo la reparación, aunque sea tardía, de ese acto malandrín (maligno, perverso y bellaco) que llevaste a cabo apoyado por la banda armada que tomo el poder en 1939.

La traca de la Casa Surreal es el tema de la cuenta de 375 millones de pesetas (2,25 millones de euros) que tenías en Suiza fruto de la herencia de tu padre. Esto me hace sentir vergüenza ajena. Dices que usaste la herencia para pagar las deudas de tu padre físico. O sea, don Juan, tenía 728 millones de pesetas en Suiza (sobre una fortuna total de 1.100 millones de pesetas), pero era un moroso, lo que en Canarias llamamos un tramposo. Y tú, a través de tu surreal casa, para que no pensemos lo que pudiste disfrutar con esa pasta nos dices que papá era mal pagador, un hombre poco honorable que no pagaba lo que debía, que la herencia era un caramelito envenenado. Por último tienes la convicción de que los albaceas liquidaron los impuestos testamentarios correspondientes. Pero no hay pruebas documentales porque han pasado 20 años, que aunque el tango diga que no son nada, Hacienda dice que son muchos para ella.  Y pensar que en el archivo histórico de cualquier ciudad hay documentos de todo tipo de hace 300 o 400 años. Lo tuyo y lo de tu familia es pura mala suerte. Documentos desaparecidos, confusiones masivas de notarios y registradores de la propiedad con el carnet de tu hija. Es un martirio, como dije antes, pura sevicia.

Ocupa de la jefatura del estado, estás poniendo en situación comprometida hasta al PPSOE, esos que de pie en el congreso te aplauden cuatro minutos, esos que junto a la banda militar y la eclesial te llevan en parihuelas. Pero sé sincero, no notas que su paso últimamente es un poco más inseguro. A ver si se van a echar a correr... No sé porqué, pero tengo la impresión de que tu hijo está expectante a tu lado, por si hay que saltar.
 
Estáte tranquilo hombre. Seguro que son vanas ilusiones de un revanchista, de un tipo que, no matando una mosca, defiende el odio de clase que le inspira el año de cárcel por robar una gallina, de un resentido social, como diría Javier Ortiz, que, brillante y preciso, te llamaba con el título que mejor te define: Su Bajestad. Aquí un brevísimo texto de Javier donde usa el término. http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/documunntosrep/mia%20por%20obligacion.htm

 
Posdata: pido disculpas por los espacios que a veces salen entre palabra y palabra y quedan poco estéticos. Donde yo redacto el texto no están. Si alguna persona sabe como lograr que no aparezcan y quiere explicármelo quedo muy agradecido.

2 comentarios:

  1. Lo de los espacios se debe a la justificación del párrafo. El procesador de textos, para que el margen derecho quede alineado, añade los espacios que haga falta entre las palabras. Con un procesador de textos puede alinear el texto a la izquierda, no justificado, o añadir la división automática de palabras que reduce bastante los espacios. En el editor de textos del blogpost no sé como funciona. Pos supuesto puede borrar este comentario cuando lo haya leído. Saludos

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  2. Agradecerle, y perdone el retraso, su comentario.

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