sábado, 16 de noviembre de 2013

El capote mágico del PSOE

El fin de semana anterior, iba caminando, algo absorto, por la izquierda de un camino sinuoso. De golpe, irrumpiendo con afanes cinematográficos, un coche desenfrenado y zigzagueante, pero derrotando hacia la izquierda, casi me lleva por delante. Fíjense ustedes que por un momento pensé, con lo poco que me gusta la opción, que tendría que rodarme, raudo, hacia la derecha, para no resultar golpeado. Pero no. El conductor es viejo conocido. Algún fin de semana que otro trinca una melopea ideológica, pero siempre acaba embocando,  el carril derecho.
Ante las expectativas creadas por la Conferencia celebrada por el PSOE del 8 al 10 de noviembre, por un momento pensé que iba a ver a un Rubalcaba bolchevique (que hermosa palabra), salir del evento vestido con el capote del Ejército Rojo y llamando a sus huestes a asaltar el ajado palacio borbónico (y tú mientras tanto,  Cayo querido, mosqueado con el zapato de David Fernández, diciendo que esa no es la cultura de IU, casi quedando como un nenaza. Aprende de Rubal que en un plis plas es capaz de ponerse en "plan soviético"*).
Tranquilidad. El tartana-bólido socialista o derrapa o se cala, pero siempre acaba cogiendo, derechito, rumbo monclovita.
Sí, los compañeros del PSOE están girando a la izquierda. Ya lo han hecho en otras ocasiones cuando están en la oposición. Además, son maestros en medir los tiempos del giro. Siempre logran que en el grado 180 del giro, cénit izquierdista, se produzca su alineamiento con un ramillete de urnas y una legión de desmemoriados.
 
*En mi juventud, a fines de los setenta e inicios de los ochenta, esa expresión significaba ponerse duro.
 

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