domingo, 10 de noviembre de 2013

El listón de la felicidad

Me despierto. Como muchas mañanas, para salir del hogar nocturno, pongo la radio. Mientras transito del mundo onírico al tangible, entro en la historia, concisa, de una mujer joven:
"Tras acabar sus estudios universitarios, incluidos master e idiomas, y estar varios años en paro, X acaba de encontrar trabajo en el sector de la limpieza por 700 euros mensuales". Fin de la historia (advertí que era sucinta).
Ustedes me dirán que es una historia cotidiana (calificarla de vulgar me parecería una falta de respeto hacia la gente que la protagoniza) en estos tiempos de crisis. No hay nada novedoso en los titulados que realizan una tarea muy inferior a la que su cualificación les permitiría. Tienen toda la razón.
A mí lo que me agarró del cuello, y obró como una racha de viento que despejara mis brumas matinales, fue su voz. Exultaba emoción y alegría. Pensé en esta llamada diez años atrás, en idéntica situación, y me imaginé esa misma voz contaminada por la oscuridad, la tristeza y la frustración.
La ideología de la crisis, triunfante en su perverso minimalismo, aunque suene paradójico, acercándonos a la felicidad.
 

4 comentarios:

  1. Estimado y matinalmente abrumado don Pepe Juan,
    el ansiado socialismo (del antiguo) ya está aquí; hasta las señoras de la limpieza ostentan título universitario.
    Un abrazo, breve, como el texto.

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  2. Usted, don Manuel, con su ironía, siempre aporta una visión alternativa. Se lo agradezco.
    Tiene razón, en el socialismo antiguo o soviético, por ser más precisos, intentaban que todas las personas tuvieran, si no carrera universitaria, si una amplia formación. No había caído en ese enfoque. La única pequeña diferencia es que el socialismo antiguo no era un mar repleto de depredadores riquísimos prestos a devorarnos tras recibir tan selecta formación.
    Un saludo afectuoso desde la nube gris.

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  3. Al leer este artículo de total veracidad en estos tiempos que corren, salieron a la luz mis pensamientos más ocultos reprimidos ante esta sociedad aparentemente limitada. Mi visión de futuro ha cambiado, ya no me guío por una ilusión de la infancia o por ideas premeditadas, simplemente me dejo llevar por recientes noticias que paralizan mis objetivos.
    Hoy en día estos hechos se interponen entre mi decisión y mi ansiosa felicidad, realmente es coherente mi pensamiento, debemos ser precavidos, nuestro futuro está en nuestras manos.
    Pues bien, "Yo", alumna de 2º de bachillerato: Temo al futuro. Me encantaría mostrarle un pequeño texto que identifica bastante bien mi opinión al respecto.


    ¿CÓMO PODER IDENTIFICARME?
    ¿Hay algo escrito en mi destino para mi vida o simplemente tengo que excavar hasta encontrarlo?
    Intento buscar en mis virtudes algo especial para sacar a la luz, algo que me defina y sepa conquistar experiencias extraordinarias para mi libro de vida. Necesito expectativas y valores que demuestren que vale la pena diversas elecciones sin tener miedo a la palabra "salida", "crisis" o " presupuesto ".
    ¿Quién opina o se inclina sobre algo seguro? Desde mi punto de vista no es un espacio permanente, varía con el tiempo.
    ¿Quién garantiza "la felicidad", "la libertad" o "la buena vida", sin tener la incertidumbre de leer la letra pequeña?
    Estará en las cartas que levantamos al azar, en la voluntad, en la perseverancia de cada uno, en nuestros sueños, ilusiones o en nuestra esperanza infinita.

    Dicho esto me gustaría aclarar mi posición, muchos de sus artículos se identifican con diversas situaciones y opiniones. Son una ráfaga de aire frío para los que no quieren ver y grandes expectativas para los que luchan por esa realidad. En mi caso este texto me ha servido para darme cuenta de la gravedades que se cometen.
    No es posible que pongamos todo nuestro empeño para llegar a lo más alto y que el premio, sea de un valor inferior a nuestro esfuerzo. Ya no existe nada asegurado, ni las carreras universitarias, Master o idiomas y claramente no será devuelto el dinero y las horas invertidas, se desvanecerán junto a nuestra propia seguridad.

    Muchísimas gracias por su tiempo, un saludo.

    Ylenia López Rodríguez, 2º Bachillerato -E. IES Perez Galdós.

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  4. Una sonrisa más. No importa cuanta felicidad contenga. Vamos. Adentrémonos en esta pobre y consumida vida de “felicidad”. No podemos alcanzar metas porque no sabemos caminar. ¿Por qué no volvemos atrás en el tiempo?. O empezamos de nuevo, mejor.

    Si caminamos sabiendo a donde queremos llegar, ese será nuestro primer problema, creernos más listos que la propia vida. No podemos basarnos en una única definición de felicidad, existirán tantos listones hoy en día, que podría hacer un diccionario, y no sería suficiente. No hay mejor momento para ser feliz que ahora mismo, mentira, no hubo mejor momento para ser feliz que antes, siento decepcionarles. La crisis llena de paro, desahucios, lágrimas, muertes. El problema es que nos hemos metido en gran túnel de esos que te aseguro que no tienen salida, y hemos entrado sin linterna, y claro, desde que vemos una pequeña, diminuta casi inexistente rendija, pensamos que hemos llegado, y en realidad el camino no ha empezado. Que gran equivocación la nuestra.
    Supongo que siempre sale el sol, pero hay que admitir que le gusta esconderse. También he llegado a pensar que podemos empujarle un poco… por que el tiempo sí que no espera. Eso sí, sentados no conseguiremos nada. Si por un segundo hemos aceptado esta vida, esta felicidad que nos ha tocado vivir, esos trabajos que más que trabajadores, crían esclavos, habremos perdido.
    Esta es una de esas reflexiones que lees al día siguiente y no reconoces (fruto de noches melancólicas).

    Gracias por su atención.

    Idaira Trejo Machín 2ºD Bachillerato IES Pérez Galdós.

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