jueves, 20 de febrero de 2014

Del este al oeste: sembrando doble moral

La Unión Europea y EE.UU. no cejan en su empeño de debilitar  y acorralar a Rusia, de mantenerla en el status al que descendió tras la dolorosa caída de la Unión Soviética, que tenía muchos aspectos en los que mejorar, pero no menos en los que empeorar, principalmente en el de retornar a una sociedad en la que impera la desigualdad. Siempre he pensado que si las revoluciones no se cuidan, no se mantienen lozanas con el fertilizante del pensamiento crítico, se convierten en árboles secos prestos a caer al primer envite. El veneno del asentimiento, del seguidismo, lento, muy lento, las matará. Inexorablemente. Y el enemigo, los depredadores del mundo, no dará tregua, por supuesto, es su misión. Nada hay que reprocharles. Juegan sus cartas. Y ahora mismo las están jugando en Ucrania (también quieren romper, por motivos diferentes, el espinazo de la revolución venezolana, aunque gane elección tras elección), que, lo saben, es territorio muy sensible para Rusia, un estado que intenta recuperar su autoestima como potencia mundial desde una posición nacionalista que representa Rusia Unida y en alguna medida el Partido Comunista de la Federación Rusa. Junto a Brasil, India, China y Sudáfrica ha creado el BRICS, que busca ser un polo de presión en la búsqueda de un mundo multipolar después de más de 20 años de unipolaridad. La "pieza" ucraniana es codiciada porque supone cercar a Rusia desde el flanco suroeste, "robarle" un importante aliado. Por esa razón todo el conglomerado mediático occidental presenta a Ucrania (al igual que a Venezuela) como una especie de dictadura, obviando, en un cuestionamiento de sus propios esquemas de democracia, que el presidente Yanukóvich fue elegido en las urnas y apoyando a una oposición que utiliza como fuerzas de choque a grupos de inspiración fascista (que por cierto hicieron buena parte del trabajo sucio a los nazis cuando estos invadieron la URSS en la 2ª Guerra Mundial). Para la gran mayoría de medios  españoles, en una doble moral repugnante pero eficaz de cara a muchísimos ciudadanos, las personas que en el barrio del Gamonal queman un contenedor o lanzan una piedra a  los antidisturbios son rechazables violentos y poco menos que filoterroristas. Sin embargo, los ucranianos (o venezolanos) que asaltan y ocupan ministerios, usando incluso armas de fuego (hay ocho policías muertos), son "luchadores por la libertad". Se imaginan lo que dirían si aquí se intenta asaltar violentamente un ministerio (o la oficina de la fiscalía, como en Venezuela). En este país cualquier manifestación que se sale del marco del desfile procesional o batuquero es tachada de violenta (y causa "múltiples" robocops heridos). La terminología cambia cuando esos actos se producen en un país incómodo o cuya servidumbre a los designios imperiales (caso de Venezuela) es escasa o nula. Por arte de magia los terroristas propios se convierten en adalides de la libertad ajenos. Y si lo hacen es porque saben que sus ideas calan en esta sociedad irreflexiva y cuajada de consumo informativo basura que, lamentablemente, expanden las redes sociales. Pascual Serrano en una análisis sobre la manipulación grosera en la red Twitter acerca del conflicto venezolano lo expresa con claridad: "Pensábamos que las redes sociales iban a suponer la democratización de la información y, desgraciadamente, lo que han democratizado es la desinformación". También me parece fundamental, aunque suene un poco estrambótico, la lucha lingüística. Me refiero a buscar la precisión a la hora de nombrar los hechos, pues sabemos que el lenguaje es un gran constructor (y a la vez anulador) de pensamiento. No permitamos que cuando a ellos les interese la violencia sea equiparable al terrorismo, pues buscan que nuestro cerebro se ponga en modo automático de "condena tajante" o tabú. Hay que perder los complejos. Cuando los grupos dominantes ven en peligro sus intereses o buscan un objetivo determinado no dudan en usar los medios que consideran pertinentes, no siendo la fuerza uno al que renuncien si lo consideran necesario. Eso sí, la campaña mediática hará que el "filoetarra" burgalés, hermanita de la caridad al lado del encapuchado con pistola de Kiev que dispara a la policía (que aquí siempre tienen la razón), se convierta varios miles de kms hacia el este (Ucrania) o al oeste (Venezuela) en héroe. ni una cosa ni otra: lucha social pura y dura, reflejada en el devenir histórico desde hace milenios. Abogo por la resolución pacífica de los conflictos, pero también sé que a la hora de negociar las posiciones de fuerza, la capacidad de los contendientes,es básica. La oposición ucraniana, más allá de los intereses que defiende, es fuerte porque ha transgredido los límites, ha desbordado cauces y, aunque esta partida está por dilucidarse, tiene poderosos padrinos que ya están advirtiendo con sanciones al gobierno ucraniano en un alarde de doble moral que produce arcadas. Pregunta final: ¿cuántos gobiernos europeos salidos de las urnas tolerarían ni cinco minutos una tropa de civiles paramilitarizados (usando escudos, cascos, bates de béisbol y armas de fuego), ocupando sus plazas más céntricas, asaltando edificios públicos y matando policías? 

3 comentarios:

  1. Bueno, las revoluciones siempre han estado financiadas, esta ta,bién, pero no deja de serlo.

    Las manifestaciones no son patrimonio propio de un grupo o una ideología, y cada uno defiendo sus ideas como cree que las tiene que defender.

    Podré estar más o menos de acuerdo en las ideas de determinados grupusculos del Maidan, pero no puedo restarles ni un ápice del valor que han demostrado.

    Cuando la democracia es un chiste salen los palos y los escudos, o así al menos debería de ser. Basta ya de votar cada 4 años y con eso vale todo, y si no que haya consecuencias.

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  2. Las redes sociales engañan menos que la prensa de papel, aquí digamos que la mitad es mentira y en el periódico el 80%, aquí se puede realizar ciber activismo en la red, es fundamental, pues la preocupación de las gentes de izquierda debería ser por encima de cualquier otra consideración desasnar al personal que pobrecico está manipulado hasta la médula, yo como jubilado le dedico 10 horas al día posiblemente con un éxito muy moderado a orientar y compartir toda información o reflexión que merezca la pena a mi modesto saber o entender con los internautas que hoy en día son de lo mas activo de la sociedad, sin pueblo convencido detrás las izquierdas no conseguiremos nada positivo y los PP$OES seguirán campando a sus anchas, Tu sigue así, que lo haces muy bien y si acaso un perfil tuyo de Face para promocionarte en la red social me iría muy bien pero no he sabido encontrarlo. Casualmente te encontré en los comentarios de público. Un abrazo. (cbengoa@gmail.com)

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  3. Hay que tener en cuenta que las redes sociales están dominadas por los gobiernos (mensajes, publicaciones, vídeos , imágenes etc..) para tener controlada a la población, como es el caso de EE.UU del espionaje en la famosa aplicación de móvil "WhatsApp".

    También tenemos que reconocer que Venezuela y Ucrania no han tenido una democracia aún ha pesar de que ambos gobernantes han sido elegidos por el pueblo, recordemos que Hitler y Mussoluni fueron elegidos por el pueblo y luego paso lo que paso. La población no solo de estos dos países están harta de vivir en un permanente caos en el que una vez elegidos los gobernantes parece ser que la población poco importa ya, en el caso de Venezuela primero con Hugo Chavéz y ahora con Maduro un simple chófer de guaguas que ahora es presidente, o el caso de España que al parecer el verdadero presidente, mejor dicho presidenta es Angela Merkel y Rajoy es un simple muñeco que es manejado entre EE.UU y Alemania. El verdadero culpable son los votantes que se creen todo cuento que dice ese/a señor/a que sale a un atril y afirma que "no subirá el paro" "bajará el IVA", si claro y Las Palmas subirá a primera división. Estos casos se podrían resolver sin violencia, solo se necesita que los habitantes sean conscientes y tenga un poco de conocimiento. No hay mas que mirar países como Noruega, Finlandia, Suecia en los que no se ha visto a nadie salir a la calle a quemar o romper cualquier objeto y en los que la educación ha sido la mas importante, por ello esos niños que han crecido y ahora son adultos saben pensar.
    Para concluir la violencia en las calles pueda que funcione ahora, pero tras estos gobernantes incompetentes saldrán en las próximas elecciones elegidos otros igual o peores capacitados para manejar un país. La solución es un proyecto de futuro, en los que se debe preparar a esos niños y jóvenes a pensar y no a seguir a un "pastor" como simples corderitos.
    Jesús Cabrera alumno del I.E.S Pérez Galdós

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