jueves, 22 de mayo de 2014

Cuitas de un elector escéptico

Ya he dicho en alguna página de este blog que soy una persona dubitativa por naturaleza. Lo peor es que muchas veces dudo, no por circunstancias trascendentales o de calado en mi vida, no. Mis cuitas pueden ser por avatares nimios, intrascendentes: elegir el próximo libro que leer, un polo que disimule, en la medida de lo posible, mi sobrepeso o, como es el caso que ahora planteo, votar o no en unas elecciones (en este caso europeas). Lo considero fútil porque sé que yo me muevo en las lindes, en las fronteras de una cierta marginalidad política. Asumo que nunca he votado, salvo en el 79 cuando salió diputado Fernando Sagaseta por la Unión del Pueblo Canario (UPC), una opción, no digo ganadora, sino simplemente que tuviera opciones de sacar diputado en mi circunscripción (Las Palmas). Anguita planteó en su momento una reforma de la ley electoral donde se recogiera un colegio nacional de restos. Una especie de circunscripción única donde los 50 últimos diputados saldrían de la suma de los votos "inútiles" de cada provincia. En la anterior legislatura, Izquierda Unida con alrededor de un millón de votos tenía sólo dos diputados. Cada diputado le había costado medio millón de votos. A PP y PSOE sobre sesenta y pico mil. La injusticia es flagrante.

Parto de la base de que mi manera de pensar es, al menos por ahora, socialmente irrelevante. La mayoría de la sociedad es de "extremo centro", se aplica el virtuosismo de lo salomónico, de un supuesto equilibrio, mientras quién esto les escribe linda con ese territorio escabroso que es la extrema izquierda , esa que según  un pérfido dicho se toca con los extremistas de derechas. Es una manera miserable de desacreditar a gente que sólo anhela, aunque a veces nos pueda más el deseo que la realidad, que el mundo sea un lugar mucho menos injusto, todo lo contrario de lo que busca la extrema derecha fascista, ejército al que acude la oligarquía cuando la situación se pone comprometida para sus intereses. Los que si se tocan son los de "extremo centro", los litigantes por los electores virtuosos y equilibrados a los que me refería antes. El PP y el PSOE tienen un manoseo libidinoso que los lleva a yacer en innumerables ocasiones en un tálamo donde, enamorados necesarios con odios viejos, renuevan sus votos ante el sacerdote borbónico.

No tengo claro que es más útil, dentro de la inutilidad, si ejercer mi derecho al voto, dándole vidilla este paripé (gobierna la troika) o abstenerme. creo que bastantes personas de izquierdas nos movemos en esta dicotomía, que en el fondo es un reflejo de lo que decía antes: la idea  de la necesidad de una transformación social no ha calado en grandes capas de la población. Es atroz que en el estado español el conjunto que conforman el PP y el PSOE estén en disposición de obtener sobre el 65% de los votos. Sé que las transformaciones en el pensamiento no son rápidas, pero no deja de sorprenderme que con lo veloces que están siendo recortándonos derechos y salarios, nos cueste tanto adecuar nuestro pensamiento a la realidad que nos imponen. A la hora de votar, justo es reconocerlo, no hay presión. Cada persona puede emitir el voto que quiere. Cuando se convoca una huelga general mucha gente precaria que quizás la secundaría, no lo hace por temor, si no al despido, sí a que eso influya negativamente en una hipotética renovación del contrato. En unas elecciones no vas a perder trabajo alguno. Sin embargo, la mayoría de la gente votará a la "coalición recortadora". Fuera de ese ámbito, quién probablemente sacará los mayores réditos, al menos en otros países europeos, con su discurso xenófobo, es la extrema derecha.
La crisis, como en los años 30, es un gran caldo de cultivo del fascismo y, contra toda la lógica de la fraternidad entre los oprimidos, no sirve en la misma medida para que arraiguen en la población las propuestas rupturistas y solidarias de la izquierda. La crisis en vez de hacernos buscar al "hombre nuevo" tiende a envilecernos, a hacernos desconfiados.
Seguro que yo soy un voluntarista, pero a mí me sigue doliendo la fragmentación que hay a la izquierda de lo que al inicio de este texto llamaba el "extremo centro". El esfuerzo de confluencia es imprescindible para empezar (ya lo he expresado en alguna ocasión) a pararnos en nuestro retroceso ante las acometidas antisociales,  y además, tendría un valor añadido: sería ilusionante. Y andamos muy escasos de ilusiones. Sí, salimos mucho a la calle, nos movilizamos, damos muchos vivas y fueras,  y no los hemos movido ni un milímetro de sus posiciones hegemónicas. Hace falta entrar unidos en la casa de la gente a la que no accedemos. En diversas ocasiones he puesto el ejemplo de Sudamérica. Aparte de líderes aglutinadores ha habido una unión de las izquierdas. Lo que admiramos (y defendemos con ardor) allí, nos cuesta mucho, mimetismos aparte, ponerlo en práctica aquí.
Y sigo sin tener claro si voto o no. Asumo mis contradicciones. Ya no queda otra.

3 comentarios:

  1. La base social del PSOE y el PP son trabajadores. Trabajadores que no cuestionan es sistema capitalista. Es un error de la izquierda radical la fragmentación política y el marginalismo en la política institucional. Si los trabajadores venezolanos no fuesen a votar y no votaran "chavismo" no podría ser el gobierno de la izquierda en Venezuela. Yo voy a ir a votar. Voto Izquierda Unida. Cuando la izquierda que quiera el socialismo gobierne en Europa entonces será posible el socialismo en Europa. La transición será larga. Pero hay que dar los primeros pasos para poder caminar. Y el primer paso para la humanidad llevó mucho tiempo. Hay que aprender de la izquierda reformista. Hay que hacer lo posible. Y si lo posible es hacer reformas hay que conquistar poder para realizar las reformas posibles. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Las elecciones se han celebrado. No creo que los militantes del PSOE sean monárquicos convencidos. La abstención ha sido muy alta, por lo que la mayoría de los ciudadanos de los pueblos de España no se han manifestado. Si el sentido del voto de los que se han abstenido en España fuese el sentido del voto realizado podríamos tener republica en España. Quizá sea la tendencia republicana en el futuro un problema más gordo para el Reino de España que las tendencias independentistas Catalanas y vasca. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Las elecciones se han celebrado. No creo que los militantes del PSOE sean monárquicos convencidos. La abstención ha sido muy alta, por lo que la mayoría de los ciudadanos de los pueblos de España no se han manifestado. Si el sentido del voto de los que se han abstenido en España fuese el sentido del voto realizado podríamos tener republica en España. Quizá sea la tendencia republicana en el futuro un problema más gordo para el Reino de España que las tendencias independentistas Catalanas y vasca. Saludos.

    ResponderEliminar