sábado, 26 de julio de 2014

Manipulaciones mediáticas: entre la obscenidad de Palestina y la cotidianidad de Cuba

Cuando la mañana de este 26 de julio empecé a idear este texto habían muerto algo más de 800 palestinos en la franja de Gaza. Ahora, que procedo a introducirlo en el blog, cuando son las 8 de la tarde, después de rebuscar durante un día de tregua cadáveres entre los escombros, son más de 1000 las víctimas. Siniestramente, el día de tregua es, a efectos estadísticos, uno de los más mortíferos.
Otro tipo de acción mortífera, que no mata pero desorienta y confunde el rastro de la culpa, es la manipulación mediática.
El día 25 de julio el telediario del mediodía de la 1 de TVE hacía un balance gráfico de fallecidos. En el bando israelí daba cuenta de treinta y tantos (no pude apuntar las cifras exactas, pero no es sustancial para el objeto del artículo) fallecidos, entre ellos 3 civiles. Cuando hizo el balance de las víctimas palestinas habló de más de 800 muertos que desglosó de la siguiente manera: cerca de 600 civiles (casi una tercera parte niños) y más de 200 terroristas. Así, escrito con todas las letras salía en el rótulo.
El marino que bombardea desde la tranquilidad del mediterráneo, el piloto del caza que descarga desde el aire, el conductor del tanque, el artillero o la infantería que combate bajo la estrella de David, son soldados, militares. Una categoría que para muchas personas, más allá de sus acciones concretas, implica respetabilidad e incluso honorabilidad.
El combatiente palestino que lanza erráticos cohetes o defiende pie en tierra su territorio, esa jaula en la que está confinado junto a cerca de dos millones de personas, es degradado a una de las categorías humanas más repugnantes que hoy existen: la del terrorista. Quién resiste, quién se opone a la masacre impune y la vida esclava, es vilipendiando ante centenares de miles de espectadores que se plantearán, antes de que les embutan la siguiente noticia, que si son terroristas seguramente merecen morir. Si los combatientes palestinos, que han matado a 3 civiles israelíes son terroristas, qué calificativo merece un ejército que lleva atacando más de dos semanas una ratonera y que según la ONU ha asesinado a 191 niños y ha destruido escuelas refugio de las que tenían sus coordenadas (habría que plantearse si es buena idea darles esas posiciones). Mi categorización es clara, pertenecen al peor tipo de terrorista: el genocida que se sabe impune. Aquél al que nunca alcanzará el denominado "largo brazo de la ley", pues están entre los que dirigen esa articulación tramposa que señala y machaca a los débiles y protege a los poderosos.

Una manipulación mediática de índole menor.
La edición digital del diario El País del mismo día 25 nos mostraba el video, filmado desde un crucero por un cubano huido en balsa de su país en 1994, en el que dos compatriotas hacían lo mismo en este 2014. La noticia habla de "enfrentar la muerte para dejar de morir viviendo". No es mi objetivo hablar aquí de lo libre que un ser humano se puede sentir en Cuba, EEUU o España. Sólo querría precisar que a día de hoy cualquier cubano precisa para salir de su país un pasaporte, un visado si el país al que va lo requiere, y... parte fundamental, dinero para el pasaje. O sea, no hay impedimentos para salir de la isla. Una cuestión muy diferente es que el gobierno de EEUU les permita entrar legalmente al país. En EEUU rige la artera "ley de ajuste cubano". Ésta implica que cualquier originario de la isla que, balsa o embarcación inestable mediante, logra poner pie en la costa de USA no puede ser expulsado. Queda acogido de facto. Ningún otro emigrante del resto del continente americano tiene este privilegio que puede ser una trampa mortal. Cuando se da esta noticia se criminaliza al régimen socialista cubano dando a entender, falsamente, que impide la salida de su gente. Cuando llegan los "espaldas mojadas" de México u otro país de la región, nadie se plantea que esos inmigrantes viven bajo el manto protector del capitalismo más paupérrimo, más desigual.

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