lunes, 28 de julio de 2014

Un cura trabucaire y la doble vara de medir

Han pasado ya 10 días desde que el sacerdote de la Iglesia de los Jerónimos, en Madrid, oficiara una misa  conmemorativa del golpe de estado militar fascista de 1936. Del periódico digital "Diario Madrid", en su edición del 20 de julio, saco este extracto de lo dicho por el mencionado ministro católico:

Pero este año, y ante “el auge de la extrema izquierda”, el párroco de la Iglesia de los Jerónimos ha optado por endurecer su mensaje exigiendo a los católicos “estar preparados” ante la posibilidad de iniciar una nueva cruzada “por Dios y por España”. Y lo ha hecho en la celebración de la homilía y ante la atenta mirada de los descendientes de Francisco Franco.
El párroco, ha comenzado su intervención reconociendo que el motivo para celebrar “esta santa misa” no es otro que recordar “una fecha histórica y central en la historia de la salvación de España”. En su opinión, el 18 de julio de 1936 se produjo “un alzamiento nacional de liberación tras un periodo oscuro de hostilidad católica” en la que reinaba una “ideología diabólica” y se “incendiaban iglesias y símbolos religiosos”.
Fueron, a su entender, unos “años terribles” que “la Iglesia y muchos católicos sufrieron con extremada paciencia”. Sin embargo, el párroco ha resaltado que  “cuando las cosas se pusieron peor, surgieron hombres providenciales enviados por Dios que dieron una respuesta a aquella situación”. Fueron “cristianos ejemplares que supieron discernir los signos de los tiempos y alzarse el 18 de julio de 1936 para evitar aquella situación”. De todos ellos, “Dios quiso que dirigiera ese alzamiento Francisco Franco”, asumiendo el deber de “alzarse contra aquella situación”. Ahora -ha proseguido el sacerdote-, la Iglesia “no debe olvidar a esos valientes” con el fin de que “intercedan nuevamente por España”. Y es que para el párroco de la Iglesia de los Jerónimos, “España nuevamente está inmersa en una lucha (…) contra principados, autoridades y poderes que dominan el mundo de las tinieblas”.
“Nos enfrentamos -ha puntualizado-, contra los espíritus y las fuerzas sobrenaturales del mal”, tal y como se comprueba observando “el crecimiento de la extrema izquierda” y la “crisis espiritual” que sufre nuestro país. Por todo ello, ha realizado un llamamiento para que “igual que en los años treinta hubo hombres y mujeres valerosas que supieron dar respuesta, nosotros hoy también sepamos dar respuesta”.
En concreto, el sacerdote ha solicitado a los fieles “permanecer firmes”, ser conscientes de que “España no sufre una crisis económica o política, sino espiritual”, y ser capaces de “dar la batalla espiritual”. “Tenemos que estar preparados y debemos vivir muy unidos ante Dios, conscientes del momento en el que nos encontramos”, ha agregado.
“Debemos estar preparados. Y es en la gracia de Dios y la Iglesia donde encontraremos nuestra fuerza para la lucha. Dios nos dará luz para saber cómo debemos actuar. Por eso, pedimos a todos aquellos que ya están en el cielo y en la gloria, y que dieron su vida por Dios y por España, que intercedan por nosotros para saber dar el testimonio de la fe”, ha concluido.

Izquierda Unida expresó su intención de querellarse por considerar la homilía una incitación a la violencia. IU está en su derecho de hacerlo. Existe otra institución que, por mera coherencia, no estaría en el derecho de querellarse, sino en la obligación. Me refiero, por supuesto a la Fiscalía del Estado. Ese organismo que olfatea en el viento del norte el más leve aroma a apología del terrorismo, demuestra una  absoluta atrofia de su pituitaria  de sabueso, cuando el incienso nocivo que jalea a la peor banda terrorista de la historia del estado español: la 18 de julio, es esparcido en sus propias narices.
Soy honesto. No tengo claro que haya que perseguir a alguien por declarase admirador del dictador fascista más longevo de Europa o de ETA o de Hitler (escoja cada quién alguien, persona o grupo, que le parezca un asesino deleznable). Pero me repugna la doble vara de medir. O quitas del código penal el delito de apología del terrorismo o lo aplicas, con mayor rigor si cabe, a los apologetas de los terroristas uniformados que desencadenaron la mayor matanza del siglo XX en tierras hispanas. Insisto, 10 días después la fiscalía sigue muda.
Mil veces lo he dicho aquí, y lo repetiré por si algún nuevo lector asoma a este callejón. La violencia, hipocresías aparte que buscan volvernos globalmente sumisos (¿deben los combatientes de la Franja de Gaza rendirse o fortalecerse, ser capaces de dañar más a Israel?), siendo indeseable, pues genera un gran sufrimiento del pueblo, es un elemento político de primer orden. Y mucha gente en este país, no pocos de ellos votantes del PP, consideran que la sublevación militar del 36, con su enorme carga de violencia y muerte, estuvo justificada. Cuando las contradicciones de clase se agudizan y la oligarquía, también con fino olfato, atisba cierto cuestionamiento de su status, pone toda la carne (política, ideológica y si se tercia militar) en el asador. Salvando distancias, esta circunstancia la intuimos con Podemos. Si esta organización, que les descoloca, prospera y crece y confluye con otros grupos similares, sin mutar por las cercanías del poder, manteniendo sus postulados (por eso el régimen reza por la recuperación del PSOE vía el guapo Sánchez), ¿alguien duda que los privilegiados desenterrarían, algo más que simbólicamente, el hacha de guerra?

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