martes, 21 de octubre de 2014

Otegui: venganza y temor del estado español

A nivel del estado, salvo en Euskadi, la noticia fue convenientemente silenciada. Pero, por salud democrática, es importante no olvidar que en este mes de octubre se han cumplido 5 años del encarcelamiento de Otegui y cuatro compañeros más por el llamado "caso Bateragune", donde se les acusaba, en calidad de supuestos miembros de ETA, de buscar la reconstrucción de la ilegalizada Batasuna.
Otegui simboliza la venganza y el miedo del aparato estatal. Un aparato que sabe que con un Otegui en libertad, casi elevado, aunque alguien se escandalice (pero no deberían, Obama y Kissinger son premios Nobel de la Paz) a la categoría de referente moral, de pacificador encarcelado, por buena parte de la sociedad vasca, la lucha de Euskadi por decidir su relación con el estado español se va a potenciar. A medida que la sombra de ETA se diluya, la izquierda abertzale puede incrementar su ámbito de influencia, pues el sambenito terrorista dejará de ser un dique de contención. Aún tardará Otegui más de un año en pisar la calle. Sospecho que la condena de seis años y medio, ya ha cumplido más de tres cuartos, el estado va a hacer que la apure hasta el fin. En pleno auge del soberanismo catalán, aprovechando que está fuera de escena un actor principal, hay que tener el mayor tiempo posible "pacificado" el frente político vasco.
Este texto quiere poner de manifiesto que en el estado español hay presos políticos sin delitos de sangre. La paradoja de Otegui es que, desde años anteriores a ser encarcelado en 2009, ha trabajado para intentar parar un conflicto que ha causado mucho dolor (aunque sea mucho menor que el causado por los 40 años de la dictadura fascista de Franco) pero que desde hace más de un decenio tenía, por la debilidad de ETA y el creciente rechazo social a sus acciones, una intensidad baja que el estado soportaba muy bien e incluso rentabilizaba políticamente. El finiquito de una organización armada no es tarea de un día ni de un año. Ni consiste en decir que se presenten en un cuartelillo de la guardia civil con el carnet (español por supuesto) en la boca. El gobierno de Colombia lleva dos años negociando en La Habana con la guerrilla (según el argot internacional  terrorista) de las FARC la salida un conflicto que tiene cerca de seis décadas y arrastra miles de muertos. Esa negociación se está realizando incluso sin un previo alto el fuego. Pero el gobierno colombiano sabe, aunque ahora lleve la iniciativa militar, que la resolución total solo puede venir de la negociación, pues no es un conflicto con una banda de malhechores comunes, sino un conflicto con raíces políticas, que ha costado y cuesta mucha sangre.
Acabo con una idea que ya he expresado en otras ocasiones. Me pongo tan empecinado como la realidad, que aunque no convenza, siempre vence.
En el estado español, donde el fascismo (más allá del desierto donde pregonan la ONU o una voluntariosa juez argentina) sigue y seguirá impune, donde un torturador e incluso asesinos mucho peores que los etarras, no han dormido una noche en un calabozo, un hombre y sus compañeros, que trabajaban para poner fin a la violencia de decenios, de la cuál también formaba parte la tortura y el crimen de estado, es reo del nacionalismo español, ese nacionalismo que en un gesto de infinita osadía y soberbia, de necedad desconocedora de los avatares históricos, se permite sacralizar, en un artículo candado, el 2º de la biblia constitucional, dictado según Jordi Solé Tura por poderes externos al parlamento, "la indisoluble unidad de la nación española". Por cierto, el candado se torna doble con el sibilino artículo 8º que establece que las fuerzas armadas son garantes de la integridad territorial de España. Amén (o no).

6 comentarios:

  1. “referente moral, de pacificador encarcelado
    …ha trabajado para intentar parar un conflicto que ha causado mucho dolor… un hombre y sus compañeros, que trabajaban para poner fin a la violencia de decenios”
    - pasajes escogidos de San Arnaldo Bueno Mártir-


    Ya sabe, don Pepe Juan, que el bello Otegui es una de mis debilidades (no quiero ni imaginarme cómo saldrá de apolíneo ese “reo del nacionalismo español” después de todos estos años trabajando bíceps en el gimnasio de la prisión riojana).

    Mas, buceando en la hagiografía del bellotari, me cuesta encontrar referencia alguna del hermoso euskaldun sobre las 21 personas que fueron asesinadas en el Hipercor de Barcelona o los 5 niños despedazados en la casa cuartel de Vic (cuando los gudaris mataban por doquier sin tener en cuenta a los hermanos de los paísos catalans , ay el olvidado Carod, otro gordito que hizo tanto por la democracia y la pacificación) por poner algún ejemplo del casi millar de asesinados en el “conflicto”.

    conflicto.
    (Del lat. conflictus).
    1. m. Combate, lucha, pelea. U. t. en sent. fig.
    2. m. Enfrentamiento armado.
    3. m. Apuro, situación desgraciada y de difícil salida.
    4. m. Problema, cuestión, materia de discusión.
    5. m. Psicol. Coexistencia de tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos.
    6. m. desus. Momento en que la batalla es más dura y violenta.

    exterminio.
    (Del lat. exterminĭum).
    1. m. Acción y efecto de exterminar.

    exterminar.
    (Del lat. extermināre).
    1. tr. Acabar del todo con algo.
    2. tr. Desolar, devastar por fuerza de armas.
    3. tr. desus. Echar fuera de los términos, desterrar.

    ¿Sería suficiente un millar de asesinatos para considerar que el “conflicto” se les estaba yendo de las manos al “hombre y sus compañeros”?

    No puedo evitar rememorar a don Fernando Fernán Gómez, que en su obra Las bicicletas son para el verano retrataba al ingenuo hijo y al taimado padre en deliciosa y trágica conversación en los albores del verano del 39:

    - ¿Ha llegado la paz, padre?
    - No hijo, ha llegado la victoria.


    Quizás, don Pepe Juan, nuestro apuesto chicarrón no pretendía otra cosa que candar y bien candada la victoria.


    Reciba, con sincero afecto, mi abrazo desarmado.

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  2. Puestos a santificar, y como alternativa al unamuniano San Arnaldo, le ofrezco uno que tiene monumento en la Iglesia Católica del Palmar de Troya: San Francisco Franco, genocida y martirizador. Murió en la camita sin purgar sus crímenes y sigue enterrado con honores a cargo del erario público. Sus ejecutores, al contrario que los etarras, tampoco los han purgado. "No llores por mí Argentina", pensará más de un solicitante de justicia.

    Reciba, con el mismo afecto, mi abrazo almado.

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  3. No caigamos, admirado don Pepe Juan, en el maniqueo y pendenciero “y él más!”.

    Por si hay sospecha de que ostento vara ambimétrica, ya le digo que, por mí, podrían exhumar al Generalísimo de culo blanco y manto azul para posteriormente darle cristiana sepultura en cualquier cuneta de mi querida España.

    Ahora, me encabrito –levemente, no tema- al comprobar que se pretende aplicar botafumeiro al que calló como una meretriz cuando se exterminaban niños cuyo rh difería del de los bravos habitantes de la aldea astérica u obélica.

    Pero tampoco pretendo causar mayor quebranto al beatOtegui.
    Es más, propondría que, una vez extraída la osamenta de Bahamonde, y para evitar que sus poderosos bíceps perdieran tono muscular, el santo varón Arnaldo cincelara en el frontispicio de la Basílica del Valle de los Caídos, y a modo de complemento agente: “por ETA”.

    Así, cuando los restos de aquellos zagales de Vic y el de los cerca de mil hombres y mujeres, y niños, de rh bastardo, caídos en “el conflicto” fueran sepultados; Arnaldo el nazareno podría, una vez más, escupir sobre su tumba.

    Reciba, con afecto, rendido abrazo.

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  4. Don Manuel, escéptico y dubitativo, no aplico botafumeiro a nadie. Tenga usted paz de espíritu y no se encabrite ni siquiera levemente, Arnaldo el pérfido cumplirá su condena. No creo en tirarse asesinados a la cara, pero tengo claro que existe una doble vara para medir víctimas y, sobretodo, a sus victimarios. Una aclaración: quién hizo mención al RH fue Arzallus. Pero claro, en el todo es ETA...

    Le reitero, en toda su dimensión, el abrazo de antesdeayer.

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  5. No trabuque, don Pepe Juan,

    ¿decía yo en algún momento que el apostólico Arnaldo hiciese mención al rh?

    Pero vuelve usted a agitar el incensario mentando a Xavier el jesuita.

    No, no todo es ETA. Para mí, tan solo aquellos que apretaban el gatillo, señalaban, brindaban cobijo o guardaban silencio en los consistorios donde se condenaban los asesinatos de niños sin el rh elegido.
    ¿Podemos situar al virtuoso Otegui en alguna de estas categorías?

    Después están los que recogían los frutos del árbol que aquellos agitaban. Estos, simplemente, unos malnacidos.
    El copyright de la metáfora también le corresponde al hijo de San Ignacio de Loyola.

    Reciba un abrazo afectuoso, mas de vulgo rh.

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    1. Usted introduce el RH en el debate y yo le aclaro que la izquierda patriótica vasca no tiene como referencia tener ocho apellidos vascos.
      En este momento tenga cuidado con el uso del término malnacido en el estado español. Me recuerda la película de Cantinflas "el patrullero 777" (perdone pero mi nivel cinematográfico no da para más). Lo llaman a una casa donde se celebra una fiesta de alto copete y se ha producido el robo de una cartera. Cantinflas, pragmático, cuidándose del terreno donde pisa, dispone apagar la luz y que el caco deje la cartera sobre una mesa. Cuando vuelve la luz una tonga de carteras adornaban la mesa y la integridad de los presentes.
      Y que conste, antes de que me acuse de salirme del terreno de juego, que nada es peor que el terrorismo etarra y (ya que he metido a Cantinflas en el fregado) sus mariachis. Y quede tranquilo, los ancianitos fascistas morirán en su camita. Palabra de trabucaire.
      Un abrazo de quién desconoce su grupo sanguíneo.

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