domingo, 10 de mayo de 2015

La Gran Guerra Patria y un símbolo

Ayer 9 de mayo la Federación Rusa conmemoró el 70 aniversario de la derrota de la Alemania nazi. En Rusia este conflicto recibe el nombre de "Gran Guerra Patria". Para la entonces existente Unión Soviética fue una guerra de supervivencia. Su patria era el ansiado "espacio vital" al que creían tener derecho los nazis arios. Los eslavos eran considerados subhumanos por los alemanes, un pueblo destinado a servir a la raza superior que gobernaría sus territorios y desterraría de la faz de la tierra la igualitaria ideología bolchevique. Odio sintetizado en el "Rusia es culpable" que gritaba a los falangistas el 24 de junio de 1941, dos días después del inicio de la invasión nazi de la URSS, el Ministro de Asuntos Exteriores español Ramón Serrano Suñer. Esas palabras de Serrano, que planteaba la necesidad, literal, de exterminar a Rusia (único estado obrero del planeta) fueron el banderín de enganche para la creación de la funesta División Azul. 
Alrededor de 25 millones de soviéticos murieron en los casi cuatro años que duró la lucha en el centro y este de Europa. No olvidemos que el número de fallecidos por la Segunda Guerra Mundial en todo el planeta fue de unos 60 millones de personas. Pongo las dos cifras para entender el significado especial y doloroso que, 70 años después, sigue teniendo para Rusia esa lucha a vida o muerte.
Y en ese significado, guste o no, sigue teniendo un puesto preponderante una bandera y una insignia que algunos, por ejemplo el parlamento ucraniano, han querido desacreditar y estigmatizar comparándola con la esvástica que representa a una ideología esencialmente criminal. Sí, me refiero a la bandera roja con la hoz y el martillo que portaban el ejército rojo y muchos de los grupos partisanos que luchaban tras las líneas alemanas.
Por eso, en el desfile del 9 de mayo en la Plaza Roja, disfruté y me emocioné viendo que la enseña que lo abría, dejando a la actual bandera tricolor de la Federación Rusa en un segundo termino, era roja y tenía en una de sus esquinas un símbolo que ha unido a generaciones de explotados y luchadores por un mundo más justo, y que marcó el inicio del fin, Stalingrado mediante, del imperio nazi en Europa. Un símbolo que también estaba en muchas de las medallas que, orgullosos y emocionados, lucían los veteranos soviéticos que aún quedan vivos. Un símbolo que tiene un lugar de honor en cualquier lucha por un mundo libre de miseria, explotación y neofascismo, y que desde la insignificancia de este callejón, reivindico como mío.






1 comentario:

  1. Carmen Peña Cebreros
    Alumna de 2º Bachillerato D del IES Benito Pérez Galdós

    Si Rusia no hubiera salido victoriosa de este histórico enfrentamiento, seguramente la realidad hoy sería bien distinta, más bien, parecida a la novela 1984, de George Orwell. Además, es muy frecuentemente olvidado que esta potencia fue el único apoyo que obtuvo la Segunda República Española a inicios de nuestra Guerra Civil cuando las demás potencias democráticas (Reino Unido y Francia) le dieron deliberadamente la espalda. Si bien, el comunismo de Lenin cometió errores fue un estado que lucho verdaderamente por la emancipación del proletariado y es muy usual verlo metido en el mismo saco que otros dictadores como el propio Hitler alegando que fue un asesino de igual magnitud. Solo con ahondar un poco en cifras esto queda refutado. Sin embargo, no pretendo justificar los asesinatos que se cometieron en la Rusia Soviética en nombre del estado porque no llevaría razón. La violencia contra el pueblo en favor de la ideología gobernante nunca es justificable aunque se comparta dicha ideología, mas no quiero olvidar ni que se olvide que fue en gran parte gracias al tesón y la estrategia del ejercito comunista por lo que gano la democracia frente al nazismo. El 9 de mayo es y debe ser motivo de orgullo tanto para Rusia como para todos los países que lucharon en contra del nazismo en la Segunda Guerra Mundial.

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