domingo, 12 de julio de 2015

Pitufos todos o la necesaria altura de miras

Sé que nada es más humano que el conflicto. En la "Canción del elegido" Silvio Rodríguez lo refleja magistralmente cuando dice que aquel ser nacido de "una tormenta en el sol de una noche el penúltimo mes" después de una incansable búsqueda "al fin bajo hacia la guerra... perdón quise decir a la tierra".
No pretendo establecer un símil exacto conflicto-guerra. El primero de los términos es de una moldeabilidad enorme. Lo mismo hace referencia a las diferencias entre dos comunidades de vecinos, que se resuelve vía judicial, que a la Segunda Guerra Mundial, solventada con apenas 60 millones de muertos. Pero también es cierto que el segundo concepto se usa metafóricamente como sinónimo del primero. También pueden ser sucesivos. Un conflicto entre países o comunidades, con resultados diferentes por supuesto, puede derivar en guerra total.
Ahora mismo soy incapaz de precisar si Podemos e Izquierda Unida están en conflicto, con leves escaramuzas, o van camino, para alegría del enemigo, de una guerra civil a cuento de la tan cacareada (y necesaria) unidad popular de cara a las elecciones generales de fin de año.
Sé que la unidad popular englobaría movimientos sociales diversos, organizaciones políticas nacionales o circunscritas a determinados territorios. Sé que se discuten metodologías. Sé que se rechazan acuerdos entre cúpulas. Y sé que lamentablemente el cainismo es una de las señas de identidad más acentuadas en el devenir histórico de la izquierda. Todavía es factible encontrar en cualquier foro de debate de la izquierda transformadora el navajeo entre un troskista que aún se siente herido por el piolet ensangrentado con el que Stalin, vía Ramón Mercader, asesinó a Trotsky y un prosoviético que acusa al discípulo del creador del Ejército Rojo de ser un agente encubierto del imperialismo.
¿Tanto cuesta aprender de nuestra historia? Los dimes y diretes, ese conflicto que puede acabar en guerra entre Podemos e IU me llenan, reconozco que con poco voy, de pesimismo. No porque piense que estamos ante una oportunidad histórica de ganar las elecciones. Creo que Podemos hace una lectura equivocada, al alza, de sus fuerzas. No Pablo, no le vas a ganar a la Banca. La Banca ahora mismo, ya que en muchas ocasiones se utiliza el concepto "asaltar los cielos", habita un cielo inalcanzable férreamente protegida por una enorme coraza política, económica e ideológica (la testuz vencida del gobierno griego es el signo más reciente y lamentable). Puedes invocar hasta desgañitarte el, para ti, novedoso los de arriba versus los de abajo como alternativa al, también para ti, viejuno izquierda versus derecha. Sabes que no son incompatibles sino necesariamente complementarios. Que la esencia de ser de izquierdas es traer al primer plano del escenario histórico a los de abajo, a los nadie de los que hablaba Galeano. Y ten claro que el agujero del cabreo de la derecha con el PP (corrupción, sueldos de políticos, crisis económica...) ha venido a sellarlo Ciudadanos. Ahí no vas a pescar ni un voto por más que vendas tu alma renegando de los "cenizos de la izquierda perdedora".
Más allá de los agravios, de los desprecios mutuos, ¿están ciegos? No se dan cuenta de que hay un clamor (dentro de ciertos campo claro) que no les solicita, que les exige que se camine hacia candidaturas unitarias. Candidaturas que con total seguridad, y aunque siendo realistas no estén en disposición de ganar, si tendrían probablemente un resultado histórico para una opción situada a la izquierda del PSOE. Y poner en el parlamento la pica de un grupo potente (que deje muy atrás la frontera de los 20 escaños) de los de izquierdas y de los de abajo sería un logro, una herramienta importante, en un plano nada desdeñable, de las luchas en la calle.
Modesta invocación.
Pitufo gruñon, pitufo tontín, pitufo filósofo, pitufo poeta, pitufo presumido, pitufo tristón, papa pitufo (el más sabio y que por algo usa pantalón y sombrero rojo).
En resumen, pitufos y pitufinas, midan todos sus palabras. Son diversos, tienen matices diferentes. Pero mucha gente que ya no esperaba nada de esta vida pétreamente bipartidista les mira atentamente. Quizás sea la hora de que nuestro enemigo (la oligarquía de unos o los de arriba de otros) sepa que desde abajo y desde la izquierda el pueblo, políticamente, ha vuelto. 


3 comentarios:

  1. Tus palabras, muy bien expresadas, son un refuerzo a mis pensamientos.
    Ojala! llegue el pueblo y se quede, se haga visible, se lo crea, que puede, de verdad. Ojalá los hagan desaparecer del panorama político, (difícil), pero por lo menos alejarse.....

    Me animo a mostrarte el enlace de un blog que acaba de nacer y que en principio va a tener una trayectoria limitada, pero en el que creo como plataforma para aprender muchas cosas....te lo presento en la última entrada de "CALADOS", que te guste y si así lo consideras dejes tu huella en él se llama "Hazlo en secreto"
    http://versoscalados.blogspot.com.es/2015/07/somos-un-equipo-viajamos-ligeros-de.html

    Un abrazo enorme y ¡Feliz verano!

    Marinela

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  2. Tiene a su mano algunas experiencias cercanas que bien comce o deberia y en las que tampoco confiaba. Mire las ideas hay que defenderlas con hechos e implicacion, de lo cercano, desde la propia casa, el barrio, la ciudad... siempre lamento la palabteria imsertada en la excusa del pesimismo para no implicafse en las acciones. Somos algunos que luchamos desde las bases y usted hace algo mas que escribir en tono pesimista desde su cueva?????

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  3. Tiene a su mano algunas experiencias cercanas que bien comce o deberia y en las que tampoco confiaba. Mire las ideas hay que defenderlas con hechos e implicacion, de lo cercano, desde la propia casa, el barrio, la ciudad... siempre lamento la palabteria imsertada en la excusa del pesimismo para no implicafse en las acciones. Somos algunos que luchamos desde las bases y usted hace algo mas que escribir en tono pesimista desde su cueva?????

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