viernes, 24 de julio de 2015

El gesto y el busto

Un dicho popular, de raíz lombrosiana, establece que "la cara es el espejo del alma".
Bullente, incómoda, sombría, se agita el alma del joven Borbón cuando, por mor de su regio cargo, se encuentra con Artur Mas, presidente de la Generalitat. Felipe VI, probablemente, quiere concentrar en su gesto facial todo el desagrado que los, en términos rajoyanos, "españoles de bien" sienten ante la perseverancia catalana en querer decidir que tipo de vínculo les une al estado español. Incluso las divisiones mediáticas (son las que están yendo por ahora disciplinadamente al combate) alaban la "real" política de "sonrisa cero". Imagino que de ahora en adelante cada encuentro institucional de Mas con algún alto cargo estatal verá un crescendo de la política de glacialidad. 
Siempre me han contado, justificante para débiles mentales de que ostente la jefatura del estado un individuo por ser hijo de su padre y nieto político de un general asesino y fascista, la milonga de que el rey tiene una función moderadora, integradora, conciliadora. Bien. En el tema catalán se nota muchísimo. Cada discursito es una repetición de la postura del gobierno del PP: la trampa de la ley. 
Intentaré explicarme. 
Tiene usted toda la libertad del mundo para ser un "separatista", no le entrullarán. Incluso, en lo que puede ser un camino tendente a la melancolía de lo inalcanzable, tal vez le pregunten por el asunto en decenas de encuestas. Es libre de votar a candidaturas independentistas o que estén por permitir el derecho de autodeterminación (ahora llamado "derecho a decidir"). El problema surge cuando usted pretende establecer el cauce para saber si en su territorio, en este caso Cataluña, son mayoría los que quieren una república independiente. Le dirán que la constitución no lo permite salvo (y ahí está la gran trampa) que se modifique, para lo que hacen falta dos tercios de la cámara (210 diputados). Cataluña tiene 47 diputados en un Congreso de 350. Misión imposible (Podemos e Izquierda Unida que según declaraciones defienden el derecho a decidir nunca tendrán fuerza en la Cámara para abrir una vía legal)
No podrán contarse (eso es una consulta, contarnos) "legalmente" jamás. Aunque el sentimiento independentista tuviera una mayoría abrumadora en Cataluña (o Canarias o Euskadi), la voluntad democrática de un pueblo reconocido pero pequeño (siete millones y medio) estaría sometida, condenada a diluirse en la voluntad del férreo ente mayoritario que utiliza la constitución, de facto, como una cárcel. Y, por mucho que Mas diga que él siempre cumple la ley, sabe que si tras el 27 S tiene votos suficientes para poner en marcha el proceso independentista lo hará con la legitimidad de las papeletas (traducidas en escaños) de su pueblo, pero conculcando la ley española. No hago un juicio de valor. Describo. Sí, para llevar a cabo su hoja de ruta tendrá que saltarse, le guste o no tanto a usted como al gesto torcido de Felipe VI, la legalidad española.
Otro gesto ha sido, también en Cataluña, la retirada por parte del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, de un busto del Borbón viejo, el hijo político de Franco que, incluido en el paquetazo constitucional, nunca sometió su  institución a refrendo popular. Simplemente por eso, quizás deberíamos ser nosotros, el pueblo, quién le pusiera morros a los detentadores vitalicios del poder (padre e hijo). No obstante, en este día en que el parlamento catalán ha aprobado que la rumba catalana sea patrimonio cultural, no podían faltar, palmeros de la monarquía, los representantes del PP que, con el súbdito subido, intentaron colocar un retrato del hijo para desagraviar al padre. Aparte de los palmeros están los bobos. El Hernando portavoz del monárquico PSOE declaró que era una "falta de respeto". En absoluto, lo metieron en una humilde caja de cartón en vez de llevarlo directamente al contenedor. En serio, Hernando, no es un tema de respeto, sino de valores políticos, de, aunque cueste, ir haciendo eso que para tu partido siempre es postergable, pedagogía republicana. El Margallo de Exteriores reprendió a Ada Colau diciéndole que era alcaldesa gracias a la voluntad democrática de Juan Carlos. Y se queda tan pancho. Aquí como siempre, la libertad es otorgada. El triste país de los hombres providenciales, pintados o esculpidos, y del pueblo eternamente agradecido. Y si algunos se salen de la fila miradas, por ahora, asesinas.


martes, 21 de julio de 2015

El amo y las voces

Empiezo con una convicción íntima y polémica. 
El garante de la libertad de información (y de expresión) debería ser el estado y no el dueño o los dueños de un conjunto de medios, o sea, los poseedores de un capital elevado, siempre necesario para poner en marcha un medio de comunicación tan decisivo ideológicamente como es una televisión.
Sé que anida en la conciencia de la mayoría de la gente la idea de que la libertad reside en mayor grado en los medios privados que en los públicos. Estoy convencido de que no es así. Ningún periodista, cuando informa, más en estos tiempos de crisis con despidos y recortes salariales, puede sustraerse a la realidad de la empresa para la que trabaja. Cuidado. No estoy hablando de que un determinado medio tenga un mayor o menor número de opinadores de diferentes ideologías. Pienso en el tratamiento que se da a la información, que es la manera en que a la mayoría de la población le llega, colándose de rondón, la opinión. El lenguaje que se utiliza para dar una determinada noticia marca muchísimo la carga ideológica que ésta porta. Pongo un ejemplo utilizando el reciente aniversario del 18 de julio. Emisora A: "Hoy 18 de julio de 2015 se conmemora el inicio de la Guerra Civil, un conflicto fratricida que enfrentó a media España con la otra media y que nunca jamás debe repetirse". Emisora B: "Hoy 18 de julio de 2015 se conmemora la sublevación militar fascista contra el gobierno electo de la 2ª República". Son dos informaciones que, como casi todas, están transmitiendo opinión. La emisora A podría ser La Primera, Antena 3 o Tele 5. Todos grandes medios a los que acceden millones de personas. O sea, tiene un potencial para construir pensamiento enorme: los españoles se volvieron locos y comenzaron a matarse entre ellos. Entonemos, en un acto de contricción cuasi religioso, el yo pecador. Es una información que aleja el conocimiento y la reflexión y pone el acento en la emoción culpable. La emisora B podría ser alguna de internet o quizás, y tengo que salirme del estado español, TeleSur. Aquí, informando, también se está opinando, se pone el acento en el carácter fascista de la rebelión y el carácter democrático del gobierno de la la 2ª República. La emisora B, inexistente en España a nivel de acceder a millones de personas, no hace la equiparación de bandos, la equidistancia que diluye culpas, que realiza la emisora A. Ambas opinan, pero, y ahí está el truco ampliable a otro tipo de noticias, la emisora A es capaz de llegar por su poder económico, con su pensamiento conservador, a amplias capas de la población.
No hay ni asepsia informativa, ni siquiera la misma posibilidad de transmitir mensajes a la población, que salvo en las emisoras pùblicas, están en gran medida bajo el dictamen de grupos de poder. Jesús Cintora, en Cuatro, durante un tiempo transgredió los límites y de un día para otro estaba fuera de la parrilla. Si eso lo hace una televisión pública se habría aprovechado para demonizar al estado como gran coartador de libertades. La televisión privada, y en esto tienen una lamentable razón, es de sus dueños, que ejerciendo la lógica del mercado (se trata de una venta como otra cualquiera con balance de resultados) despiden y contratan. Esta libertad, la del dueño, cuando compìte con la del periodista (pongamos Cintora o los despedidos hace unos meses de la Cadena Ser) siempre gana.
Todo lo anterior lo doy por asumido. Sin embargo siempre queda materia para el asombro. 
Ha sido tildada, por muchos medios privados, de agresión a las libertades la creación por parte del ayuntamiento de Madrid de una página web llamada Versión Original. En ella el ayuntamiento se plantea contestar o matizar aquellas informaciones que considere incompletas o falsas. No han faltado los términos impactantes: intento totalitario (una palabra así siempre asusta mucho), cercenador de la libertad de prensa (que asimilan, con desfachatez, a la libertad de propalar falsedades). Insisto, me parece asombroso. Usted pública una información y una institución aludida por esa noticia, si considera que no es veraz, no puede dotarse de un instrumento propio (una página web) que permita, con datos, matizarla o desmentirla, porque es atentar a la libertad del medio informativo. Ahora Madrid no quiere cerrar ningún medio. Seguirá existiendo el predominio abrumador de los medios marcadamente de derechas en el mundo informativo, pero que además les moleste la posibilidad de que se les conteste ágilmente a noticias en no pocas ocasiones malintencionadas, si denota una mentalidad totalitaria por parte de los que en muchísimas ocasiones, aunque en el festín reciban las migajas, son la voz de su amo.

viernes, 17 de julio de 2015

La 18 de julio pervive

Con motivo del aniversario de la sublevación fascista de 1936 escribí hace dos años un texto que titulé: "La 18 de julio: la banda terrorista más criminal de la historia de España".  http://josejuanhdezlemes.blogspot.com.es/2013/07/la-18-de-julio-la-banda-terrorista-mas.html
 Si alguien clica en el enlace, que modestamente me permito recomendar, verá que mi catalogación la hago en base a palabras o escritos de los principales dirigentes de la banda. Uno de sus líderes y principal organizador, Mola, explícito, dice que "hay que sembrar el terror". Ese título, que a alguien le puede parecer excesivo, es absolutamente justificado. Por poner un ejemplo: Franco, el líder supremo de la banda criminal, asesinó, como mínimo, 100 veces más que ETA, paradigma del terrorismo en el estado español. En este estado está prohibida la apología y los homenajes a grupos terroristas o a algunos de sus miembros pues, entre otras razones, se supone que esos reconocimientos implican un ultraje a las víctimas de esa violencia.
Pues bien, el homenaje al terrorismo fascista del 18 de julio en el estado español, tras 79 años, sigue vigente. Los delincuentes citados más arriba (sí, delincuentes, pues se alzaron en armas contra el gobierno republicano del Frente Popular, elegido en elecciones libres cinco meses antes y que declaro a todos los sublevados fuera de la ley) aún tienen múltiples reconocimientos en el callejero hispano. El líder máximo tiene incluso una estatua en Melilla ante la que, si usted es un fascista añorante, puede fotografiarse. Y además, sigue enterrado con todos los honores y a costa del erario público en el Valle de los Caídos. Ahora Madrid ha anunciado que quiere cambiar los nombres de las calles fascistas en ese municipio (Carmena, en una actitud timorata, buscando apaciguar al fascismo que cobija el PP, ha declarado a RNE que el cambio puede esperar a después del verano). Tras el anuncio la líder ultraderechista Aguirre expresó su postura contraria con el manido y sonrojante argumento de que esos nombres pertenecen a la historia de España. Y Hitler a la de Alemania, y sospecho que no tiene ni una mísera avenida ni un gran callejón. Cualquiera, salvo que sea idiota o quiera hacer pasar a los demás por tal, sabe que otorgar el nombre de una calle o plaza a una persona tiene un componente indisociable de homenaje. Por esa razón el PP se opone con fuerza a que militantes de ETA, algunos de los cuáles, aplicando su lógica, forman parte, guste o no, de la historia de este país, tengan una calle en algún pueblo de Euskadi. Pues, por contraste, la sanguinaria 18 de julio tiene los nombres de sus capitostes esparcidos, como estiércol, por todo el estado español. 
Y no está de más recordar que hace dos años el PP se opuso a  una iniciativa de la Izquierda Plural en el Congreso que pretendía declarar el 18 de julio Día oficial de condena de la Dictadura Franquista.  Al hilo, me viene a la mente una escena casi final de la película Men in Black en la que Will Smith, el agente cachondo del dúo que formaba con el serio Tommy Lee Jones, observa que el macro insecto extraterrestre con el que lucha cuando, por descuido, pisa una cucaracha, se enerva. Will, con el desplante de los héroes hollywoodenses, le dice: "¡Oh! ¿es tu tiíto?" Pues eso, para algunos la condena oficial de la dictadura fascista de sus ancestros sería un pisotón... en el alma.




martes, 14 de julio de 2015

Sangrantes líneas rojas

Si el acuerdo, o mejor dicho, el diktat al que Alemania y sus cortesanos han sometido a Grecia hubiera sido "negociado" por los partidos de lo que aquí, en el estado español, se llama vieja política (Nueva Democracia o Pasok) Syriza estaría, con toda la razón del mundo, llenando las calles de Atenas de personas protestando. Y en el estado español también clamaríamos por la necesidad de que accedan ¿al poder? gobiernos consecuentemente de izquierdas en el sur de Europa. 
Pero no. El peor acuerdo lo ha aceptado Syriza, una semana después de que, vía consulta, en unas condiciones penosísimas y con un resultado espectacularmente amplio, los griegos les ordenaran resistir. Creo que el sentimiento que marca este momento es el estupor. Nunca una victoria con tintes heroicos ha transmutado a velocidad de vértigo, en menos de una semana, en la más amarga de las derrotas, en la asunción de un tratado mucho peor que el rechazado por las urnas. Una derrota que deja al pueblo griego inerme y malherido al proyecto que veía el triunfo en enero de Syriza como el germen de la posible construcción de lo que habitualmente se ha llamado la Europa de los Pueblos. Las personas que hace poco más de una semana festejaban por decenas de miles ese nuevo grito de rebeldía transfronterizo que era el OXI, se convirtieron tras el diktat en unos centenares expresando su rabia en la plaza Syntagma. ¿Todo un capital de lucha, de rebeldía, tirado a la basura? ¿O es sólo el shock de la amargura que significa este momento?
¿Para qué te presentas a unas elecciones con unas propuestas y toda una serie de líneas rojas que cinco meses después han sido ampliamente pisoteadas hasta convertirse en un despojo sangrante, con tu aquiescencia, por los poderes fácticos de Europa? Yo entiendo que unas líneas rojas son aquellas que jamás voy a traspasar o que, en la tesitura de cruzarlas, con dignidad, significarán o la renuncia o la consulta directa al pueblo con diferentes alternativas.  En este país una de las acusaciones reiteradas y justificadas contra el PP ha sido que llegó al poder con un programa y después ejecutó otro. Esa exigencia para la izquierda, por la carga ética que esta palabra indica, tiene que ser aún más "sagrada". Ojo, sé que ningún programa es cumplido milimétricamente, pero no puedes redactarlo al tuntún, para halagar oídos ansiosos de palabras grandilocuentes, ni ser esa lista de sugerencias de la que, desafortunadamente, hablaba esa adalid del buen rollito que no quiere pisar un callo de la derecha, llamada Manuela Carmena. Tienes que hacerlo con la mente puesta en ser realizable y lucharlo a tope. Y Syriza, fuerza que imagino alejada del candor, sabía que iba a ser recibida agresivamente, con afán de trituración por parte de una oligarquía que, con gran parte de la población europea impregnada de su ideología neoliberal, quería derrotarlos sin contemplaciones. Y, por lo que parece, de momento, lo ha logrado. 
En clave interna, mirando a la cercana confrontación electoral de finales de año en el estado español, el PP y el PSOE han recibido una preciosa herramienta propagandística en su lucha por desacreditar a las opciones de izquierda transformadora que ellos tildan de populistas que abocan al desastre a la población. Hasta ahora el mantra ha sido el papel higiénico de la extraña dictadura venezolana de las casi 20 elecciones. Ahora pueden añadir la derrota de la izquierda ¿radical? griega al arsenal de las tertulias derechistas que funcionan a pleno rendimiento.
No obstante, para mí la enseñanza más clara, la que se reafirma, es que ahora mismo lo que un pueblo vote tiene una importancia muy limitada, que la fuerza que forma gobierno, al menos en el ámbito de la Unión Europea, es una mera administradora de los designios del capital. Me acosa, con más fuerza, una pregunta que casi siempre me ha rondado: ¿vale la pena utilizar un voto que no hace ni cosquillas al poder económico supranacional? Un poder que, con cierto relativismo, nos deja algunas libertades y concesiones mientras no cuestionemos  ni su acumulación constante de riqueza ni su hegemonía.
Un comentario final. Es vergonzoso que algún dirigente de Syriza plantee que los diputados de la formación que voten en el parlamento en contra del oneroso acuerdo deben dejar sus actas. Son esos diputados, precisamente, los dignos, los que están respetando al pueblo griego siendo fieles al compromiso electoral renovado en la consulta del 5 de julio. Creo que son otros los que quizás, por ineficacia, incapacidad, engaño o cobardía deben plantearse dimitir.

domingo, 12 de julio de 2015

Pitufos todos o la necesaria altura de miras

Sé que nada es más humano que el conflicto. En la "Canción del elegido" Silvio Rodríguez lo refleja magistralmente cuando dice que aquel ser nacido de "una tormenta en el sol de una noche el penúltimo mes" después de una incansable búsqueda "al fin bajo hacia la guerra... perdón quise decir a la tierra".
No pretendo establecer un símil exacto conflicto-guerra. El primero de los términos es de una moldeabilidad enorme. Lo mismo hace referencia a las diferencias entre dos comunidades de vecinos, que se resuelve vía judicial, que a la Segunda Guerra Mundial, solventada con apenas 60 millones de muertos. Pero también es cierto que el segundo concepto se usa metafóricamente como sinónimo del primero. También pueden ser sucesivos. Un conflicto entre países o comunidades, con resultados diferentes por supuesto, puede derivar en guerra total.
Ahora mismo soy incapaz de precisar si Podemos e Izquierda Unida están en conflicto, con leves escaramuzas, o van camino, para alegría del enemigo, de una guerra civil a cuento de la tan cacareada (y necesaria) unidad popular de cara a las elecciones generales de fin de año.
Sé que la unidad popular englobaría movimientos sociales diversos, organizaciones políticas nacionales o circunscritas a determinados territorios. Sé que se discuten metodologías. Sé que se rechazan acuerdos entre cúpulas. Y sé que lamentablemente el cainismo es una de las señas de identidad más acentuadas en el devenir histórico de la izquierda. Todavía es factible encontrar en cualquier foro de debate de la izquierda transformadora el navajeo entre un troskista que aún se siente herido por el piolet ensangrentado con el que Stalin, vía Ramón Mercader, asesinó a Trotsky y un prosoviético que acusa al discípulo del creador del Ejército Rojo de ser un agente encubierto del imperialismo.
¿Tanto cuesta aprender de nuestra historia? Los dimes y diretes, ese conflicto que puede acabar en guerra entre Podemos e IU me llenan, reconozco que con poco voy, de pesimismo. No porque piense que estamos ante una oportunidad histórica de ganar las elecciones. Creo que Podemos hace una lectura equivocada, al alza, de sus fuerzas. No Pablo, no le vas a ganar a la Banca. La Banca ahora mismo, ya que en muchas ocasiones se utiliza el concepto "asaltar los cielos", habita un cielo inalcanzable férreamente protegida por una enorme coraza política, económica e ideológica (la testuz vencida del gobierno griego es el signo más reciente y lamentable). Puedes invocar hasta desgañitarte el, para ti, novedoso los de arriba versus los de abajo como alternativa al, también para ti, viejuno izquierda versus derecha. Sabes que no son incompatibles sino necesariamente complementarios. Que la esencia de ser de izquierdas es traer al primer plano del escenario histórico a los de abajo, a los nadie de los que hablaba Galeano. Y ten claro que el agujero del cabreo de la derecha con el PP (corrupción, sueldos de políticos, crisis económica...) ha venido a sellarlo Ciudadanos. Ahí no vas a pescar ni un voto por más que vendas tu alma renegando de los "cenizos de la izquierda perdedora".
Más allá de los agravios, de los desprecios mutuos, ¿están ciegos? No se dan cuenta de que hay un clamor (dentro de ciertos campo claro) que no les solicita, que les exige que se camine hacia candidaturas unitarias. Candidaturas que con total seguridad, y aunque siendo realistas no estén en disposición de ganar, si tendrían probablemente un resultado histórico para una opción situada a la izquierda del PSOE. Y poner en el parlamento la pica de un grupo potente (que deje muy atrás la frontera de los 20 escaños) de los de izquierdas y de los de abajo sería un logro, una herramienta importante, en un plano nada desdeñable, de las luchas en la calle.
Modesta invocación.
Pitufo gruñon, pitufo tontín, pitufo filósofo, pitufo poeta, pitufo presumido, pitufo tristón, papa pitufo (el más sabio y que por algo usa pantalón y sombrero rojo).
En resumen, pitufos y pitufinas, midan todos sus palabras. Son diversos, tienen matices diferentes. Pero mucha gente que ya no esperaba nada de esta vida pétreamente bipartidista les mira atentamente. Quizás sea la hora de que nuestro enemigo (la oligarquía de unos o los de arriba de otros) sepa que desde abajo y desde la izquierda el pueblo, políticamente, ha vuelto. 


martes, 7 de julio de 2015

"Guapos" con causa o la cabeza alta de un pueblo

Tengo un problema. Quizás la raíz esté en mi propia forma de ser. En ese vaivén, casi homófono, entre la cima y la sima, que es mi tránsito por esta vida. Citaré dos ámbitos: las clases y este callejón. El trabajo y la devoción.
Algunos días, cuando suena el timbre que marca el final de una hora lectiva, sientes que has abierto alguna brecha, que casi como un poderoso Eolo has contribuido a dispersar algunas brumas de la tiniebla mental en la que se mueven, con la ayuda de un sistema devorador, muchas mentes adolescentes y jóvenes. La era de la comunicación ipso facto, de la supuesta luz del conocimiento, se convierte en la era de la oscuridad bajo toneladas de basura circulante a velocidades siderales. Sí, hay días, días incautos probablemente, en los que sientes que has logrado hacer un hueco para el pensamiento, para la reflexión, para que se cuele el trazo delicado en medio del aluvión de brochazos. En la siguiente hora, sin saber bien por qué, esa sensación se transforma en un paso hacia el abismo y sientes, mientras te traga la sima, que no has sabido cuidar, alimentar, impedir la extinción del pequeño fuego que portabas con mimo.
El otro espacio es este callejón que me he ido construyendo con un empeño ajeno a mi desidia. Probablemente guiado por el ego del escritor frustrado, por el reto absurdo y pretencioso de intentar aportar una mirada novedosa a determinados aspectos de la realidad (lo que acabo de expresar es un ejemplo de la sima). Sin embargo, confieso que en otros momentos, sobre todo cuando releo, me digo: "pues no está nada mal, tío, tiene su puntillo". Sería el momento, generalmente breve, en que oteo desde la cima. El momento en que, perdóneseme la expresión, me pongo chulo, me veo alto e incluso guapo. Hace muchos años en un reportaje sobre Cuba decían que los jóvenes conflictivos de los barrios populares de La Habana, críticos con el sistema, admiraban a Fidel porque lo consideraban un "guapo" en una acepción sudamericana. O sea, esos muchachos lo percibían como un tipo valiente, con personalidad acusada y valor para desafiar a un imperio.
Tras el triunfo del no (el hermoso y desafiante oxi que aplastó la campaña del terror, aunque temo que esa montaña parirá un ratón) en el referéndum griego, el gobierno refrendado de Syriza ha ofrecido en el ara sacrificial la personalidad, la guapura maravillosa de Varoufakis que molestaba a los negociadores del capital. A otra escala, para nuestro consumo interno de mediocres, ya lo hizo en su momento Podemos con su figura intelectualmente más potente: Monedero, casi presentado como una especie de oligarca corrupto. Imagino el descanso, teñido de un ligero asco, que en su momento sintió Monedero al apartarse de la línea de fuego de los medios abyectos y el que puede estar experimentando ahora Varoufakis, criticado por no ser un gentleman atildado y gris. Ese asco posiblemente también lo experimentó en su momento, cuando querían reducir su brillantez a una burda pinza que los datos desmentían, Julio Anguita, un tipo que no daba cancha a la gestualidad de las simpatías vacuas.
Sí, chapoteando en la ficción o la especulación, pienso que estos tres hombres, que tienen la facultad de no ser el agradable taimado y profesional, que sentían que no estaban en política para hacer amigos (Anguita siempre repudió el término clase política), cada uno en su momento, habrán respirado cuando dejaron atrás el inhóspito territorio de unas moquetas movedizas, nacidas para el susurro que, si no el cuerpo, tal vez te traguen el alma.
En febrero, al poco de la llegada de Syriza al poder, escribí un pequeño texto llamado "Varoufakis entre poetas" http://josejuanhdezlemes.blogspot.com.es/2015/02/varoufakis-entre-poetas.html
Acabé ese artículo citando el poema de Kavafis que desea "buen viaje para los guerreros que a su pueblo son fieles". Tu periplo, Gianis, ha sido corto, tú ya no vas a estar en primera línea, pero tras el masivo apoyo obtenido por tu gobierno en la consulta, en circunstancias tan difíciles, quién te sustituya, cuando se siente a la mesa no puede olvidar la "guapura", la cabeza alta, que tú tan bien representabas, de un pueblo.



sábado, 4 de julio de 2015

¡Divididos, polarizados del mundo, uníos!

Un país dividido. Un país polarizado. Un país que tendrá que esforzarse por restañar las heridas.
Son las consecuencias de la "bestia populista", de la izquierda radical que llega a romper la convivencia de países unidos.
La información de los grandes medios es un arma de atemorizamiento masivo que suele obtener buenos resultados. 
La gran mayoría del pueblo griego lleva una herida profundamente divisoria: la del empobrecimiento. Esta herida, que daña a muchísima gente mientras los más ricos han acrecentado sus ganancias un 20%, no horripila a ningún medio agorero mientras no cuestiona el orden establecido, mientras permanezcan prietas las filas del pensamiento único y ninguna cabecita levemente díscola asome y, lo que es peor, aglutine. 
Cuando alguna fuerza política plantea políticas, no revolucionarias, entonces sería el acabose, sino reformistas con un mayor tinte social, cuando plantea que los poderosos aporten más, que dejen de incrementar sus ganancias con esta crisis, surge el ogro de la división para asustar a débiles mentales a impresionables de toda laya.
La clase dominante maneja los resortes de la comunicación, del envilecimiento mental, con maestría. Pero si fuéramos perspicaces deberíamos sacar alguna conclusión interesante. Un ejemplo: en EEUU o Francia cuando un presidente gana con el 51% frente al 49 de su rival nadie habla de sociedad fracturada. Si es Maduro el que gana por ese porcentaje sí se apela al abismo de la división, pues ahí si se esta dirimiendo un proyecto de sociedad alternativo. En el estado español cuando el PP y el PSOE se han repartido el 90% de los escaños del congreso, nadie ha hablado de un país polarizado. Por supuesto, son los partidos que mantienen la solidez del sistema, la intocabilidad de los poderosos. Surge Podemos y la posibilidad de candidaturas de Unidad Popular y de posibles políticas alternativas y el abismo del resquebrajamiento social es invocado. Hay que conjurar al viejo, al desfasado fantasma de la lucha de clases (eso es, sutilezas aparte, aquello de los de arriba y los de abajo) que ignoran muchos trabajadores, incluso los que eran estables y hoy son precarios o los que ganaban 1000 euros y hoy ganan 800 o menos. Y sin embargo, en un mecanismo psicológico perverso, en muchos casos están agradecidos, en una visión deliciosamente unitaria de la sociedad, por el currito mal pagado.
Es asqueroso, y sobre todo frustrante, que siempre se lleven el gato al agua. Reconozco que aquí hay más impotencia y víscera que reflexión. Aquí hay una venda que me pongo ante lo que presiento será la herida mortal de la tenue esperanza griega.



jueves, 2 de julio de 2015

Urnas casquivanas

Angustiada por la tormenta griega, la ministra Tejerina lo ha expresado con claridad meridiana: "¡Ojo, las urnas son peligrosas!".
Así lo pensaba la burguesía emergente y dominante en el siglo XIX. Hoy, cerca de 200 años después, ya no es emergente, pero ha consolidado, tras la implosión de la URSS, su dominio a lo largo y ancho del planeta. Sí, aunque en los procesos revolucionarios que marcaron la primera mitad del XIX los burgueses para afianzar su poder necesitaban la fuerza de choque de los sectores populares, le tenían temor al sufragio universal (masculino hasta el siglo XX). Por eso en la mayoría de los países se impuso, de entrada, el sufragio censitario, que otorgaba el derecho al voto exclusivamente a los varones a partir de una determinada edad y con un mínimo de renta anual, lo que, en la práctica, suponía la exclusión de más del 90% de la población.
Tenía su lógica que la clase dominante, la oligarquía, pensara así. Si se aplicaba aquello de un hombre un voto, y contando que los desheredados de la tierra, con condiciones de trabajo brutales (jornadas larguísimas, trabajo infantil, carencia de vacaciones, salarios de miseria, etc) eran una gran mayoría de la población, no es descabellado que temieran que los candidatos de las organizaciones defensoras de los derechos de los trabajadores, que reivindicaban una sociedad más igualitaria, en una hipotética elección libre, acabaran imponiéndose. Y así, razonablemente guiados por su posición de dominio, sabiendo quién era el enemigo principal, los burgueses incluso se aliaron con sus anteriormente adversarios: los nobles. Y usaron toda la coerción del aparato de estado: leyes, policía, ejército... La sangre y el fuego. Nunca, si es necesario, lo han dejado de utilizar. Pero se dieron cuenta de que el eje fundamental para afianzar su preponderancia, hoy con una potencia avasalladora por el avance de la tecnología, es el ideológico. Controlar el pensamiento. Lo expresó, en una cita célebre, Marx: "Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época". Eso sí, si el control empieza a descarrilarse o a peligrar pasamos al plan B. Ya en febrero de 1936, tras la victoria del Frente Popular, ejemplo donde los haya de uso incorrecto del voto, el padre ideológico del fundador del partido donde milita la señora Tejerina se dijo: ¡que peligrosas son las urnas! Y puso en marcha, unos pocos meses después, una carnicería fascista. Franco nos sometió a un aprendizaje, a una bíblica travesía del desierto electoral de 40 años. Y creo que en general la gente en el estado español quedó enseñada (o aprendida). Las urnas se usan con moderación, que para votar hay que estar centraditos. Aunque es cierto que en las recientes elecciones municipales (¿gotas de esperanza?) en determinadas ciudades bastantes personas han dado peligrosos síntomas de estar desaprendiendo (por lo demás algo no solo saludable, sino imprescindible), e incluso suena, de cara a las generales, el run run rumbero de la unidad popular. 
Lástima, es mi opinión y mi pesar, que Tejerina se equivoque. Las urnas son poco fieras con los potentados y canallas de toda laya que acuden a su amparo (en Italia gobernó, con el voto de muchos trabajadores, Berlusconi, el hombre más rico del país). En la mayoría de los países del mundo son animalillos amorosos a las órdenes de los amos. Sólo de esa manera se explica que buena parte del 99% de la población mundial defienda, en gran medida, con su voto, los intereses del famoso 1% que tiene la mitad de la riqueza del planeta.